Siena

Supuestamente fue en la propia biblioteca de Alejandría, donde Eratóstenes leyó acerca de un lugar llamado Siena. En dicha ciudad, justo al mediodía del solsticio de verano, el sol reflejaba totalmente en las aguas de un profundo pozo y ninguna vara, ni objeto alguno, daba sombra. Es decir, a ese día y a esa hora, los rayos del sol caían completamente perpendiculares al suelo, estaba en el cénit.

 

Siena al mediodía